Desgraciadamente la crisis en España se está cebando con los más débiles. La cara más triste de esta crisis la vemos cada día en la televisión con un nuevo desahucio, cada día alrededor de 175 se producen en nuestro país.
Pero antes de llegar al desahucio hemos tenido que impagar nuestra hipoteca, este impago provoca en la mayoría de los casos que se realice una subasta del piso mediante la cual el piso será vendido a una tercera persona o se lo quedará el banco.
Posiblemente la mayor injusticia econónimca de la actual crisis inmobiliaria se produce aquí, en la adjudicación del piso por el banco y su subasta.
El hecho objetivo de que una persona se compre un piso con el dinero del banco hace lícito que si no se devuelve ese dinero el banco se quede con el piso. Esa persona antes de contratar la hipoteca ni tenía dinero ni tenía piso por lo que se ha quedado igual que estaba.
Pero actualmente no ocurre esto sino que esta persona se queda sin dinero, sin piso y con una deuda residual con el banco.
Esta deuda residual nace en el momento en el que en la subasta no se llega a cubrir el total de la deuda original que tiene el cliente con el banco. Si el cliente le debe 100 al banco y en la subasta el mayor postor paga 90 por el piso, el cliente le seguirá debiendo 10 al banco. Con la antigua ley el mejor postor tenía que pagar al menos 50, es decir, la mitad del valor de tasación (la nueva ley lo ha aumentado hasta el 60% con lo que se protege un poco más al deudor embargado).
Actualmente lo que acaba ocurriendo es que ningún postor se adjudica el piso en subasta debido a la difícil situación del mercado inmobilario por lo que el piso se lo queda el banco.
Pero a qué precio se queda el banco el piso si nadie se interesa por él en la subasta?
Si nadie se presenta a la subasta el banco se puede adjudicar el piso por el valor de la deuda pero con un mínimo del 60% del valor de tasación (hasta hace poco era sólo el 50%)
En este caso el cliente le seguirá debiendo el 40% al banco mientras que el banco podría vender el piso cómodamente por 80 y obtener beneficios por 20 y seguir teniendo una deuda con su cliente por 40.
La rapidez de la subasta y la difícil situación del mercado inmobiliario actual han jugado una mala pasada al cliente obligándole a deshacerse de su piso a un precio que está infravalorado.
Una ley justa permitiría que si el banco posteriormente vende el piso a un precio mayor del que se ha adjudicado en la subasta, el cliente también vea reducida su deuda (lógicamente ajustando los correspondientes intereses que haya tenido que asumir el banco para poder mantener el piso hasta venderlo a un precio justo)
Mediante esta ley el cliente asumiría las pérdidas que realmente le pertenecen y que equivalen a la pérdida de valor del piso (si el piso se hubiese doblado de valor los beneficios serían para el cliente como pasaba hace 10 años) y no asumiría unas pérdidas denominadas "pérdidas de liquidación" que se producen por que el banco tiene que "quitarse literalmente el piso de encima" malvendiéndolo.
La realidad es otra
Desgraciadamente la realidad no es ésta, sino que el piso se ha malvendido a un subastero y el cliente sigue teniendo una deuda con el banco que difícilmente podrá pagar.
Para el banco la cosa no es mejor ya que no recupera todo el dinero que prestó (las pérdidas realizadas se sitúan entre el 30 y el 40%) y se queda con un préstamo que difícilmente llegará a cobrar nunca ya que a pesar de tener derechos de embargo sobre el sueldo que exceda del 150% del salario mínimo interprofesional, lo que equivale a unos 1.000 euros ya se encargará el cliente embargado de cobrar la parte excedente (si es afortunado de tener un sueldo generoso) en un sobre no embargable
Este triste desenlace suele producirse alrededor de 1 año después de empezar a impagar la hipoteca. Un año de agonía en el que el afectado intenta por todos los medios que esto no ocurra.
El ritmo de desahucios se está acelerando este año respecto al 2010 en un 21%. Ya llevamos más desahucios en 6 meses que en todo el 2009, y lo que queda...
1 comentarios:
EL BENEFICIO VA SIEMPRE PARA LOS LADRONES LEGALIZADOS POR LOS GOBIERNOS DE TURNO.
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