
El Gobierno sigue en su afán de convencer a inversores privados para
que entren en el Banco Malo. Esta inquietud es debida a que necesita que más del 50% esté en manos
privadas para así evitar que compute en el déficit público ya que de este
modo el Banco Malo no se consideraría empresa pública.
Querer evitar el déficit en
esta operación es como querer poner puertas al mar....