La sociedad concibe a
los bancos como empresas gobernadas por directivos malos malotes. En cambio,
las empresas guays son las tecnológicas como Microsoft, Google, Amazon, Yahoo o
Facebook, entre otras.
Estas empresas son guays
porque no nos cobran comisiones, tienen toboganes en el curro, y la gente va
con bigote, vaqueros y gorra a trabajar.
La opinión de todos
nosotros sobre estas empresas cool
cambiaría si supiéramos que no dejan ni
un duro en España en impuestos y se llevan el dinero a sus respectivos
paraísos fiscales.
Por ejemplo, Microsoft
este año ha declarado pérdidas brutas por 100 millones de euros por lo que no
sólo no va a pagar ni un euro en
impuestos sino que obtiene un crédito fiscal de 28 millones a compensar con
futuros beneficios.
Este truco es gracias al
supuesto desvío de impuestos al exterior que realizan las grandes
multinacionales tecnológicas.
Microsoft
ha diseñado una
estructura societaria con base en Irlanda que le permite evadir impuestos en
España y otros países para acabar pagando cuatro duros en Irlanda. El
impuesto en Irlanda es del
12,5%, la mitad que en España.
El gobierno pone
medidas
Se ha creado la Oficina Nacional de Fiscalidad
Internacional, que busca "reforzar los medios materiales y humanos en
la lucha contra el fraude fiscal internacional, a semejanza de lo que ocurre en
otros países".
Aunque todavía no hay
nombres sobre la mesa, Hacienda ha constatado ya que hay grupos con presencia
internacional que han utilizado España como vía para cargar gastos de forma exagerada sin tributar en nuestro país,
sino en otros Estados por menos cuantía.
Otros casos similares
Apple, Google y Facebook han recortado sus facturas fiscales colocando sus cuarteles generales europeos
en Irlanda, que tiene un impuesto de sociedades mucho más bajo, mientras que
Amazon lo hace a través de Luxemburgo.
Apple paga poco en
impuestos en Irlanda ya que los ingresos son canalizados hacia las Islas
Vírgenes Británicas. Haciendo esto, Apple consiguió reducir el impuesto de sociedades hasta menos del 2% durante el año pasado.
Incentivar la inversión
sí, pero tontos no
España debe poner
facilidades a la inversión extranjera en el país para incentivarla buscando la
creación de empleo con el consiguiente beneficio para el consumo. Pero no a
cualquier precio dejando que nos tomen por el pito del sereno. Esperemos que
esta nueva Oficina Nacional de
Fiscalidad Internacional sirva para algo más que para poner silla a algún
enchufado o amiguete.
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