Las famosas prejubilaciones nos cuestan a los contribuyentes la
friolera de 9.978 millones de euros al
año. Es una cifra considerable, como si cada 3 años tuviésemos que rescatar
a una Bankia.
La mitad de las jubilaciones
en España son anticipadas y desde el inicio de la crisis se han
incrementado en un 39%.
La pensión media está alrededor de los 1.400 euros y los principales
beneficiarios son aquellos trabajadores cuya empresa se ha podido permitir
prescindir del empleado a cambio de una pasta.
Todos conocemos que existen algunos sectores dónde es especialmente
común (banca, seguros,…). En estas empresas es muy típico que a partir de los
54 se abra la veda de las prejubilaciones, pero actualmente, por culpa de la crisis y la
reestructuración financiera, esta práctica se está convirtiendo en algo muy
común.
Pero la realidad es que este coste no es asumible por la Seguridad
Social. El Estado no puede hacerse cargo de este coste para que las empresas
puedan desprenderse de los empleados más caros y, en el mejor de los casos,
meter a jóvenes que ganen 4 duros. Cuando no se limitan a amortizar el puesto y
no meter a nadie en su lugar.
Como las empresas no quien seguir pagando sueldos tan elevados al
Estado le toca hacer frente a más jubilados con un gasto cada vez mayor.
Quien paga la cuenta de las
personas que se jubilan antes de los 65 años?
Pues depende, hay dos tipos:
Prejubilados: Aún
no están jubilados y la empresa paga las cotizaciones y el sueldo que se haya
pactado. La empresa lo paga hasta que el trabajador se jubila a los 65 o se
jubila anticipadamente antes de los 65.
Jubilación anticipada: La
Seguridad Social lo paga todo pero el trabajador no recibe el 100% ya que se
descontará un % en función de los años cotizados y los años restantes hasta los
65.
Quizá llegue algo tarde ya que a estas alturas está media España en
paro y la otra media prejubilada pero el gobierno parece ser que quiere
modificar la ley para desincentivar esta mala práctica.
A buenas horas mangas verdes…
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