miércoles, 11 de abril de 2012

Amnistía fiscal: sólo para grandes defraudadores


En época de crisis todo vale?

El objetivo para 2012 es pasar de un déficit de 2011 del 8,51% al 5,3%, lo que supone un ajuste de 35.000 millones de euros.

Los presupuestos para el 2012 presentan un drástico recorte del gasto que, sin embargo, no afecta al paro, a las pensiones ni a los salaries públicos.

También contempla un aumento de los impuestos para las grandes empresas a partir de la eliminación de diversas deducciones de las que disfrutaban hasta ahora.

Pero aún y así los números no cuadran por lo que el gobierno ha tenido que tirar de un cajón del que no gusta tirar…el fraude fiscal.

Se abre la puerta para que todas aquellas empresas con inversiones en paraísos fiscales regularicen su situación a precio de ganga.



Por un lado los dividendos reconocidos pagarán sólo un 8% en vez del 30% que les tocaría. Con esta medida se prevé recaudar 750 millones de euros en impuestos adicionales

Además se ofrece un gravamen especial del 10% para los contribuyentes que afloren dinero negro o evadido. Pagar sólo un 10% es una oferta muy atractiva para los evasores de impuestos ya que en caso de que fueran descubiertos, podrían llegar a perder todo el dinero defraudado o, como mínimo, más de la mitad. El gobierno cree que esta medida le permitirá ingresar unos 2.500 millones.

En total, la amnistía fiscal elevará en 3.250 millones los ingresos del Estado, si se cumplen las previsiones de Hacienda.


La situación es tan crítica que se intenta sacar dinero de dónde no hay. Esta medida es, al menos, éticamente dudosa ya que beneficia a todos aquellos que defraudan a Hacienda.



Pero lo más curioso es que no beneficia por igual a todos los que defraudan a Hacienda sino que sólo a aquellos más adinerados.

Beneficia únicamente a las grandes fortunas que cuentan con entramados de empresas en paraísos fiscales, pero no a aquel autónomo que factura en negro y que tiene el colchón a punto de reventar de billetes de 50 euros.

La clave está en que sólo se permite legalizar el dinero que esté en cuentas corrientes en países extranjeros tipo Suiza, Andorra, Luxemburgo.

Por lo tanto esta ley no le sirve al típico autónomo fontanero, pintor u hostelero que tendrán que seguir con los colchones inflados.

Estafadores de primera o de segunda la cuestión es la misma: todo vale para cuadrar los números?

Con qué cara miras al contribuyente que cada año paga sus impuestos y ahora ve como los defraudadores se salen con la suya?

Esta medida lo que hace es quitarle a uno las pocas ganas con las que paga sus impuestos…

Aunque no somos el único país en hacer esta locura: recientemente tanto Italia como Alemania hicieron lo mismo.

Mal de muchos consuelo de tontos.

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